Evo Morales fue reelegido máximo líder del mayor sindicato cocalero de Bolivia

   El presidente Evo Morales fue reelegido máximo líder del mayor sindicato cocalero de Bolivia, cargo que ejerce desde hace más de dos décadas.

El nombramiento desató críticas en la oposición en momentos en que el gobierno enfrenta cuestionamientos por un aumento en la producción de coca y un repunte en el narcotráfico.

Morales juramentó el lunes en la noche como presidente de las Seis Federaciones del Trópico de Cochabamba, en el centro de Bolivia, al finalizar el décimo congreso del sector que el propio mandatario inauguró el sábado.

Dijo que su nombramiento “es más simbólico”, pero prometió a sus bases convocar a reuniones para debatir los problemas de los labriegos “por lo menos una vez cada dos meses”.

El mandatario destacó el aporte de esa organización sindical que agrupa a más de 40.000 afiliados en el “proceso de cambio” que impulsa su gobierno.

“Este proceso es imparable, es irreversible, hemos hecho historia y seguiremos haciendo historia”, dijo en su discurso.

El senador opositor German Antelo no estuvo de acuerdo con el nombramiento de Morales.

“Es inadmisible que el presidente de todos los bolivianos también sea presidente de los cocaleros en momentos en que crece la violencia en el país por causa del narcotráfico”, afirmó Antelo.

Morales dirige a los combativos sindicatos del Chapare (departamento de Cochabamba) desde la década de 1980, y de allí saltó a la política hasta ganar las elecciones en el 2005. El año pasado fue reelegido en la presidencia hasta el 2015 con el 64% de los votos.

En Bolivia hay dos sindicatos de cocaleros, según la región donde se produce la planta. Morales manda en los del Chapare, pero no entre los cultivadores de coca de Yungas en el norte de La Paz, convertida ahora en la mayor región cocalera y donde no hay un líder fuerte, sino varios sindicatos independientes.

Una ley de 1988 declara a Yungas zona legal para la plantación de coca y limita los cultivos a 12.000 hectáreas para usos tradicionales. Pero en el 2004, siendo aún líder de los labriegos, Morales logró que el gobierno de entonces reconociera una parcela de coca a cocaleros del Chapare.

Morales anunció antes que modificará aquella ley para elevar a 20.000 las hectáreas legales. Durante su gobierno la coca creció en 6% y alcanza ahora a 30.500 hectáreas, siendo Bolivia el tercer país productor después de Colombia y Perú.

Un aumento en el precio en los últimos años incentivó la expansión de ese cultivo y también la producción de cocaína. El último informe de la ONU para el año 2008 dijo que “la producción potencial” de cocaína se incrementó en 9% debido a una mayor disponibilidad de coca.

Como líder sindical, Morales luchó contra los planes de erradicación de coca en Chapare alentados por Estados Unidos y ahora su política se basa en acuerdos “concertados” con los sindicatos para que reduzcan voluntariamente a cambio de obras de infraestructura.

A finales del 2008 expulsó a la agencia antidrogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés) por supuesto espionaje, denuncia que Washington negó.

AP