La avenida Fuerzas Armadas concentra los males de la ciudad

   Suciedad, inseguridad, tráfico, autobuses que no respetan paradas, peatones que cruzan por todos lados, conductores desesperados, buhoneros y para completar la escena, los trabajos del BusCaracas a medio hacer. En la avenida Fuerzas Armadas, que conecta el norte con el sur de la ciudad, la ley que rige es la de la selva.

El tramo con la situación más crítica es el del terminal de pasajeros Nuevo Circo, donde a los peatones no les queda otra opción que lanzarse a la calle para cruzar, pues la pasarela subterránea está clausurada desde 2010. Aún así, ya nadie pasaba por el allí desde mucho antes: «Esa era la casa de los indigentes y el escondite de los ladrones», contó el encargado de uno de los quioscos de los alrededores.

En el mercado bolivariano La Hoyada, los maniquíes lucen como momias envueltos con plástico, pues el polvo de los trabajos del BusCaracas amenazan con volver marrón toda la mercancía.

Una de las vendedoras, que prefirió reservarse su nombre, afirmó que vio cómo rompieron la acera dos veces el año pasado solo para aumentarle un par de centímetros de ancho.

La comerciante afirmó que preferiría que la inversión se hiciera en seguridad. En diciembre, un hombre golpeó y arrebató la cartera a una adolescente justo en frente de su puesto en el mercado: «No pude hacer nada», lamentó.

También es muy poco lo que pueden hacer los funcionarios de tránsito. Según el suboficial Douglas Asturillo, las denuncias se quedan en los reportes que ellos hacen por radio: «Hasta allí llegamos. Los policías nacionales más cercanos están destacados en la estación del Metro La Hoyada, no llegan por aquí». Afirma que en el día se le acercan al menos tres pasajeros de autobuses para contarle que los asaltaron. No se imagina qué pasará allí después de las 6 de la tarde, cuando acaban sus turnos.

La peor época fue diciembre, cuando los buhoneros usaron los dos canales que ocupan los trabajos del BusCaracas para vender. Ahora, en enero y febrero, esa parte del corredor sirve de estacionamiento.

«Cuando el BusCaracas esté listo, la congestión va a ser mayor. Ese sistema no va a transportar a los 21 mil usuarios de las camioneticas, solo 13 mil. ¿Qué va a pasar con los demás?», afirmó Asturillo.

Además del polvo, en el lugar hay un concierto permanente de cornetas: los vehículos se pelean por entrar al único canal disponible.