Listas de maternal son más caras que las de bachilleres

   En colegios públicos no permiten solicitar materiales extras como tijeras, remas de papel. La resolución 555 del ME establece que textos “son sugeridos y no obligatorios”. panorama.com.ve

Unos 60 artículos escolares se enfilan en la lista que le pidieron al pequeño Juan Diego, de 4 años. Él estudia en un centro de educación inicial privado, que sus padres pagan con muchos sacrificios. Este año, su papá, Euro Villa, y su mamá, Neida Chourio, gastaron 1.543, 85 bolívares en el gordo y largo listín de utensilios.

Esta pequeña familia, integrada solamente por ellos tres, no ha podido comprar aún el uniforme de Juan, que oscila entre 600 y 900 bolívares, para comenzar clases el lunes 19 de septiembre, con el resto de los 994.780 estudiantes del sistema educativo zuliano.

“No es posible que tengamos que comprar tantos materiales. En papelería es una exageración. Además, de los libros de inglés, computación, matemáticas que le piden a pesar de estar tan chiquitos”, se quejó Neida.

Las quejas de padres son múltiples y ayer a través de las redes sociales de PANORAMA, se hizo una consulta a los usuarios y les preguntó: ¿Crees que las listas que solicitan las escuelas para las salas de preescolar son exageradas?.

El 96% de los consultados contestó que sí, mientras que solo un 5% dijo que no.

Anggie Vento escribió por medio del facebook: “Muchos preescolares exageran con la lista escolar. Piden útiles que no utilizan los niños. Por ejemplo, un niño de 2 años no utiliza lápices ya que ellos apenas comenzarán a dominar su motricidad fina con creyones plásticos y de cera”.

La docente de educación inicial, Daysiree Chacón Ortigoza, respondió que la cantidad de materiales no es exagerada. “Todo se utiliza en el salón, y se nos queda corta la lista porque también algunos niños son de bajos recursos y otros que, simplemente, no llevan la lista en todo el año. Tenemos que resolver pues la mayor satisfacción del maestro es que los pequeños cumplan con toda la jornada diaria de trabajo”.

A pesar que los padres denuncian que hay utensilios que no se gastan tan rápido como las tijeras y tienen que volver a comprarlos cada año, existen instituciones educativas que los traspasan para la siguiente sala. Gracias a esto, Katherine de Fuenmayor, habitante de La Limpia, se ahorró el dinero de más de 10 útiles. “De la lista me tacharon algunas cosas que le habían quedado de la sala de tres años, eso se agradece”.

Ciertamente, cada año piden incluso libros a niños de dos años, en maternal, y hasta cinco textos para los infantes de 5 años; sin embargo, existe la resolución 555 del Ministerio de Educación que establece: “Los textos y útiles escolares son sugeridos, no son de carácter obligatorio”.

A esta pequeña nota, que siempre aparece en el pie de página de las listas escolares, los padres responden: “Pero cómo dejar a un hijo sin los libros y cuadernos que necesita, es obligatorio hacer el sacrificio”, dijo Rosa González, de La Concepción.

Según los directores de los colegios de educación inicial, los criterios para la elaboración de las listas escolares están asociadas al contenido programático y el material que utilizarán durante el año escolar.

“La lista escolar contempla materiales del día a día, porque el material didáctico está en el colegio. Los costos se elevan en las salas de tres, cuatro y cinco años, donde además de la pega, el foami, tijeras y el resto de los materiales, necesitan textos escolares, expresó Gabriela Guanipa, directora de un preescolar.

Por otra parte, aseguró que ellos contemplan la cultura del reciclaje. “En nuestra institución se sigue solicitando, entre otras cosas, una resma de papel por niño, pero estamos acostumbrados a donar a los colegios necesitados el material que queda, ya en la etapa de culminación del año escolar, para que otros niños se vean beneficiados”.

En los planteles públicos, la situación es diferente, pues las resmas de papel, papel bond, entre otros implementos, no se pueden solicitar en las listas. Los padres deben llevarlos a medida que los niños lo requieran.

Ambos escenarios: público o privado, es cuesta arriba a nivel económico. Durante este mes los padres solo piensan cómo hacer para adquirir los útiles que sus hijos necesitan, y la palabra sacrificio y esfuerzo salen a relucir, tal como lo ha vivido la familia de Juan Diego.