Marta Colomina fustiga “las mentiras del Gobierno” en torno a la reducción de la pobreza

     En su columna de este domingo del diario “El Universal”, Marta Colomina fustiga las mentiras del Gobierno en torno a temas como la reducción de la pobreza y la desnutrición.

Esta es su columna completa de este domingo:

Los tiempos en que Aristóbulo Istúriz definía los desequilibrios conductuales y discursivos de su jefe político diciendo que se había “fumado una lumpia” los ha sustituido por estos otros, en los que el mismo Aristóbulo, ahora con la cara más dura, pretende desviar la atención de los venezolanos de la monstruosa corrupción e ineptitud del anti-Midas tropical.

Aristóbulo retó a la oposición a “discutir los verdaderos problemas” que para él no son el deslave de Pudreval, que mostró al desnudo el pillaje e ineficacia de los “intocables” de Pdvsa y de los cubanos traídos por Chávez a Venezuela; ni de la inflación (la segunda más alta del mundo); o de la quiebra de nuestra petrolera y del BCV; ni de las autoalabanzas que los 735 medios oficiales difunden sobre el falso cumplimiento de las metas del milenio (MM), mientras cae el consumo de alimentos, crecen la mortalidad infantil y materna, y enfermedades endémicas desaparecidas hace años, hoy recrudecen en todo el país. No olvidemos el toque de queda que ha impuesto el hampa desatada y las peligrosas “amistades” que, de espaldas a las leyes internacionales, caracterizan la política exterior chavista. 

El Gobierno apela a toda cuanta mentira se le ocurre para diluir el demoledor impacto de los más de 150 millones de kilos de comida podrida por su culpa.No, Aristóbulo quiere discutir sobre el chambón espectáculo de “Chávez Abarca” (hoy como pez en el agua en la Cuba castrista como miembro del G2 cubano), “las flotas navieras estadounidenses” en Costa Rica y “las bases militares norteamericanas” en Colombia. Por supuesto que nadie pisó tan burda concha de mango. Problema para la Venezuela empobrecida por Chávez no es que “unas bases militares”, que no son bases, estén en Colombia, sino que la Pdvsa rojita haya pagado 791 millones de kilos de comida que nunca llegaron al país, mientras el pueblo pasa hambre y en los estantes de los mercados escasean los productos básicos.

El Gobierno apela a toda cuanta mentira se le ocurre para diluir el demoledor impacto de los más de 150 millones de kilos de comida podrida por su culpa. Uno de los últimos intentos es el de falsificar las cifras de la ONU sobre el cumplimiento de las MM. Así que, picando adelante, iniciaron una campaña “demostradora” de que las malas cifras de la ONU sobre Venezuela no eran tales. Con tal fin llegó el libio Alí Abdesalam Treki -”pana” de Gadaffi- temporalmente al frente de la Presidencia del 64 período de la Asamblea General de la ONU, quien comenzó a desgranar piropos sobre la dizque “disminución de la pobreza, la desnutrición y mortalidad infantil” en la Venezuela de Chávez. Este diplomático no hace el seguimiento especializado sobre los proyectos de la ONU. Es el Secretario General quien tiene la voz oficial de Naciones Unidas. Desde fines de junio hasta hoy, los medios oficiales siguen difundiendo las mentiras del “presidente” Treki. Amparado en tan importante refuerzo, Chávez anunció (¡otra mentira más!) que la “desnutrición en el país va rumbo a cero”.

Alfredo Missair, coordinador de la ONU en Venezuela, ha ido desglosando algunas cifras reales del informe que tan tergiversado ha sido por el Gobierno. “PNUD indica que crece la pobreza urbana en Venezuela” (EU 27-07-2010) es titular tomado de la declaración de Missair. Para 1989 la pobreza urbana registraba el 7,1%; para 2006 estaba en 19,8%. Es decir, había crecido un 12,7% a pesar (¿o a causa?) de los seis años de “Revolución de los Pobres”. Con signos actuales como el crecimiento del desempleo, la inflación y la caída del consumo, esa pobreza debe estar muy por encima, cuatro años más tarde.

Para comprobar que la meta de salud no ha sido cumplida bastaría con enumerar las seis enfermedades ya olvidadas que regresaron a Venezuela

En la reducción del hambre, la situación venezolana es alarmante. Mientras el número de subnutridos en América del Sur bajó de 35,8 millones a 28,5 millones de personas -es decir, cayó de un 12% a un 8%- en Venezuela los subnutridos pasaron de 2,1 millones en 1990-1992 a 3,1 millones en 2004-2006: porcentualmente creció del 10% al 12%. ¡Y Chávez dice que “estamos llegando a cero” en materia de desnutrición!

Para comprobar que la meta de salud no ha sido cumplida bastaría con enumerar las seis enfermedades ya olvidadas que regresaron a Venezuela (entre ellas el dengue con cerca de 100 mil casos), pero veamos lo que dice la ONU: en 2009 Venezuela registra una tasa de mortalidad infantil del 16,4% (8,5% es la meta aceptada. Chile tiene apenas el 7,0%). En el caso de la mortalidad materna la reducción debería acercarse al 75% con respecto a 1990, pero el caso es que se ha reducido en menos de un 4%. En general, mientras el promedio de cumplimiento en América Latina es de 78%, en Venezuela es apenas del 54%.

“Escribe, que algo queda” decía el inolvidable Kotepa Delgado, sentencia que el Gobierno trastoca por el de “miente, que algo queda”. Por suerte la explosiva realidad se impone a los 735 medios goebbelianos que muy pocos leen, ven o escuchan.