Si tu jefe es casad@, sabe gerenciar mejor una oficina

      Texto: elconfidencial.com

¿Las empresas gestionadas por CEOs solteros están más expuestas al riesgo? Según un estudio de la Wharton School, publicado por la Oficina Nacional de Investigación Económica de Estados Unidos (NBER), sí. Tras analizar el estado civil de los altos directivos de 1.500 empresas, los investigadores hallaron una serie de diferencias en sus conductas laborales, en base a las cuales los ejecutivos solteros invierten un 10% más en sus firmas que los casados. Una actitud que se materializa en un aumento de la volatilidad de sus acciones superior al 3%.

La investigación titulada Status, Marriage and Manager´s Attitudes to Risk, que codirigieron Nikolai Roussanov y Pavel Savor, advierte que las empresas de CEOs solteros tienen mayores probabilidades de fracasar al ejercer un menor control sobre los gastos y aumentar el tamaño de sus empresas de forma menos meditada. Estos presupuestos podrían estar en la base de que las personas independientes, que han optado por una vida sin ataduras personales, “son más propensas a correr riesgos por naturaleza”, explica Roussanov.

La dependencia económica de la famila

Las ataduras familiares suelen ser un freno a la hora de correr riesgos en el trabajo. “Los casados son laboralmente más estables que los solteros, al ser menos propensos a rotar de puesto o empresa, a la movilidad geográfica y, en definitiva, al riesgo porque priorizan el compromiso familiar y buscan la seguridad. Esto los lleva a pensarse mucho las cosas antes de hacer experimentos”, explica el psicólogo laboral y profesor de Organización y Recursos Humanos en la Universidad de Alcalá, Iñaki Piñuel. Así, las inversiones de los casados buscarán más la seguridad que las realizadas por los solteros porque si se fracasa la ruina afectará también a los seres queridos.

El proceso de la toma de decisiones es distinto según el estado civil al hacerse extensible a la pareja. “Siempre es más complicado concertar una decisión contigo mismo que entre dos personas; por eso, si no se llega a un consenso en la pareja a la hora de correr un fuerte riesgo empresarial, se aplaza o se actúa minimizando los riesgos y reduciendo su exposición al peligro”, añade Piñuel.

Los casados dedican menos tiempo a la empresa

La soltería implica una menor meditación de las acciones empresariales y por tanto mayores riesgos, pero también supone una mayor dedicación y esfuerzo con la empresa. La psicóloga laboral y consultora de empresas en Idein, Elisa Sánchez, matiza que estar casado también tiene su vertiente empresarial negativa, al dedicar menos horas al trabajo fuera del horario laboral. “El tiempo de dedicación a los hijos y a los compromisos familiares durante los fines de semana, festivos o vacaciones se le quita a la empresa”. Por eso, resulta menos complicado ser emprendedor si no se tiene familia. De este modo, añade Sánchez, es más probable que alcancen el éxito empresarial los solteros que los casados.

El tiempo que se le dedica a los hijos todavía aumenta más cuando se produce un divorcio. Para Miguel Hierro, especialista en psicología familiar, “los padres que se divorcian cambian mucho la actitud hacia sus hijos. Si durante el matrimonio estaban más ausentes y periféricos, a raíz de la separación intentan sacar más tiempo –normalmente, quitándoselo al trabajo- para pasarlo con sus hijos”.

Larry Ellison, fundador de Oracle, y Steve Ballmer, exCEO y fundador de Microsoft, representan dos de los casos de estudio más antagónicos. Ellison se casó en cuatro ocasiones, pasando entre medias largas temporadas soltero. Por ello, apunta el coautor del estudio,Nikolai Roussanov, “ha logrado una serie de grandes adquisiciones y ha sido combativo con sus competidores”. En el lado opuesto está Balmer, quien “ha pasado casado la mayor parte de su vida laboral, por lo que no ha reinvertido suficientemente las ganancias acumuladas por Microsoft”.

Los CEOs jóvenes arriesgan más

La edad también es un factor a considerar a la hora de incurrir en riesgos empresariales. Según el estudio, los CEOs más jóvenes tienden a ser más atrevidos que los veteranos. De hecho, el sector de las empresas tecnológicas, donde más inversiones en I+D se realizan, cuenta con el menor ratio de edad entre los CEOs. Asimismo, los traders más reputados del mundo financiero destacan por su juventud. “Tendemos a hacernos conservadores con los años y a percibir el riesgo de forma distinta”, indica Sánchez. Esta falta de experiencia se refleja en otros ámbitos laborales más alejados de los riesgos de los inversionistas, como los accidentes en el trabajo que, según las estadísticas, se concentran entre las personas de menor edad.

Las diferencias de género no son, en contra de la opinión generalizada, un factor significativo que influya a la hora de asumir riesgos, según se desprende estudio. Elisa Sánchez también llama la atención sobre el fenómeno, cada vez más habitual, de que las mujeres, una vez superada la maternidad, se lanzan a emprender y crean sus propias empresas. “En ocasiones, resulta más sencillo conciliar la vida laboral y personal si trabajas por cuenta propia porque puedes gestionar el tiempo más a tu medida y adaptar tus viajes”.

El estudio de la Wharton School concluye que la vida privada de los CEOs influye en las decisiones y es una información valorable a la hora de decidir en qué empresas invertir o confiar y en cuáles no. Sin embargo, maneja unas hipótesis más propias de otro contexto histórico porque, según la consultora Elisa Sánchez, “quien no arriesga no gana y más aún en la situación económica que atravesamos”.