Plácido Malavé: ¿Navidad? ¡Qué Navidad!

Plácido Malavé,  @PlacidoMalave

Si usted ya ha hecho su lista de gastos para diciembre, entonces ya sufrió y aguantó el despecho económico  de lo que significan estas fechas decembrinas para un núcleo familiar típico venezolano.

La crisis económica, escasez y la inflación han hecho estragos en la vida de los venezolanos; y es en este momento observaremos con mayor fuerza los efectos devastadores de la política y las acciones de gobierno de Nicolás Maduro.

¿Cuánto costará hacer una hallaca? ¿Cuánto costará el estreno de nuestros niños? ¿Cuánto costará la cena de Navidad y Año Nuevo? ¿Cómo un trabajador barcelonés, o de cualquier otra parte del país, podrá satisfacer sus necesidades y tradiciones en este diciembre?

El venezolano siempre había esperado con júbilo y algarabía la llegada de estas fechas, porque además de ser en el punto de vista religioso y espiritual un momento de recogimiento y de celebración de creencias y demostraciones de fe, también era concebido con la ocasión ideal para el encuentro familiar, la demostraciones de afecto y para el descanso de la larga jornada que significó el resto del año.

Hoy esto cambió, los venezolanos vemos con temor la llegada de diciembre por las preocupaciones que esto significa para nosotros y los gastos que trae en ciernes.

En una economía como la que padecemos en este momento, la llegada de momentos como las fiestas de Fin de Año causa más dolores de cabeza que cualquier otro sentimiento positivo.

Cuando observamos a venezolanos hurgando entre botes de basura para encontrar algo para comer, cuando observamos que el pueblo se va enflaqueciendo en la medida que los grandes representantes del régimen siguen su marcha indetenible al engrosamiento de sus facciones, nos preguntamos ¿qué podemos hacer?

Observamos como el régimen pretenderá, con los pocos recursos que sobraron de la rapiña que ellos mismos protagonizaron y que se escaparon de la anarquía administrativa y el desorden financiero ocasionado por ellos mismos, organizar jornadas populistas que sólo representan comida para hoy y hambre para mañana.

Lo ideal es que el bolívar, nuestra moneda,  no estuviera tan devaluada, y que la inflación no fuera tan feroz, lo ideal es que un trabajador pudiera celebrar estos días próximos con tranquilidad, con sosiego e incluso permitiéndole ahorrar lo que pudiera sobrar de los ingresos de Fin de Año.

Pero, esto es imposible. Mientras estemos gobernados por un grupo de insensatos y dogmáticos de la corrupción, una Navidad mejor es prácticamente imposible y quimérica.

No obstante, con la ayuda de Dios y la participación de todos los venezolanos para el diciembre del 2017 tendremos un nuevo Gobierno y una Navidad realmente mejor y feliz.