Justamente hoy hace un año que los partidos democráticos ganaron por amplia mayoría la Asamblea Nacional. (Si las hacen hoy el arrase sería mucho mayor, por eso el miedo rojo). Un gobierno cargado de corrupción, atraso, ineficiencia, improvisación y con atavismos al fracasado comunismo “socialista” se empeñó desde ese mismo día en demostrarle al mundo que era verdad lo que desde años se venía diciendo al mundo: un régimen militar-cívico, nada democrático, con probado ejercicio dictatorial, con violaciones a los Derechos Humanos en todos los órdenes, con altos funcionarios cuestionados globalmente por vínculos con el narcotráfico, con una delincuencia criminal apoyada desde el gobierno y sus órganos paramilitares y con una ilegalidad establecida donde hasta la soberanía de registros, notarias y fuerzas militares están subordinadas a Cuba y sus jefes. Por eso, antes de entregar la Asamblea nombraron ilegalmente los magistrados del engordado TSJ, cercenaron el ejercicio democrático limpiamente obtenido en las urnas electorales y con el tiempo le quitaron los fondos, la electricidad, sus competencias constitucionales y hasta propiciaron una invasión de sus bandas armadas a su hemiciclo de sesiones. Con el deterioro acelerado de la economía, el desabastecimiento, la crisis de medicinas y alimentos, el auge delincuencial, la ineficacia  y sobretodo el temor a que los tribunales globales puedan imputarlos por un arcoíris de delitos han decidido romper la mesa de diálogo buscando excusas risibles. Siempre culpando a los demás y nunca a sus “estrellas estrelladas”. ¿Acaso Maduro y Cabello, los hermanitos Rodríguez, Jaua y Aristóbulo han permitido cumplir lo acordado ante los enviados de Unasur y el Vaticano? Por ello los ataques vulgares de todos estos días. Provocaciones para culpar a la MUD y a los facilitadores. Especialmente al Vaticano a donde fue Nicolás a pedir cacao y “su bendición”. No nos extrañe hoy la roja patada a la mesa. Hace una semana lo adelantamos aquí.….