ENDER ARENAS:El podrido

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Sin lugar a dudas los venezolanos somos amigos de ponerle un apodo a cualquiera. A veces, solo a veces, el apodo remite a una cualidad diferenciadora, por ejemplo, en mi barrio habían dos Wilson, para diferenciarlos a uno lo llamaban “el colombiano”, pues uno de los Wilson había nacido en Montería, Colombia y al otro lo llamaban “el caraqueño”, no porque había nacido en la capital sin porque hablaba en jerga caraqueña.

Pero, la mayoría de las veces el apodo tiene una finalidad peyorativa por lo general un defecto físico o algún rasgo que propiciaba la burla, por ejemplo, “El tuerto” José, “El mudo” Luis, Gladys “tetica”, Rubén “el venao”, Adrian el “acabe solito”, Pedro “tres patas”, a este lo llamaban también Pedro “el burro”, etc.

En Venezuela la política es un ámbito fructífero para colocarles apodos a los adversarios políticos. Chávez por ejemplo, desde su papel de gran locutor del país le coloco apodos a la oposición que se convirtieron en parte del habla de un sector de los venezolanos, especialmente, de los afectos a al régimen y que significaba su propia concepción de la política y de la democracia, pues la mayoría de los apodos que coloco dibujaban perfectamente una concepción excluyente de la política y de la democracia, así, por ejemplo, los opositores son  “escuálidos”, este apodo se individualizó y en la época de borrachera chavista cualquiera era insultado como escuálido, por ejemplo, Adrian “el acaba solito” es un “escuálido”, a este se le agregaba algunos insultos adicionales, por ejemplo …. De mierda,… del coño, y así por el estilo.

Chávez, inclusive, tenía tanta afición por los apodos que él se refirió a algunos que le pusieron cuando muchacho, por el ejemplo “el arañero”, “tribilin”, etc. El chavismo, post Chávez ha heredado esta afición de Chávez y lo primero que ha hecho es endilgarle al difunto un mollejero de apodos: el líder supremo, el intergaláctico, el celestial, el padre revolucionario, el gigante, el padre de la patria, el Dios de Venezuela, cooooño.

El madurismo no se ha quedado atrás y ha distribuido a diestra y siniestra apodos al mayor y detal, el más castigado ha sido Henry Ramos Allup, a quien le han puesto  “viejo loco”, el apodo más perverso se lo han endilgado a Leopoldo López a quien le han dicho de todo, pero sobre todo “El monstruo de Ramo Verde”.

Por supuesto en un país polarizado y de jodedores, la oposición ha hecho gala de una creatividad interesante a la hora de colocar apodos a los funcionarios del gobierno. He aquí la lista de los que nos ha sugerido un prominente miembro de la oposición: referidos, especialmente a Maduro quien se lleva una buena parte de estos apodos, así, por ejemplo, “el Tarzán de Miraflores”, porque está rodeado de animales, “paloma e iglesia”, porque se la pasa cagando a los fieles, “Gato manco” porque no puede ocultar sus cagadas, “cuarto polvo”, todo el mundo habla de él pero nadie lo echa y finalmente, un apodo realmente escatológico: “supositorio”, pues lo pusieron con el dedo y lo van a sacar cagando.

Pero sin lugar a dudas, a mi modo de ver, el peor y el mas grafico es el que le ha puesto Henry Ramos Allup: Maduro “El Podrido”

Probablemente sea este último, por la fuerza del quien lo emite empiece a formar parte del habla popular.

 

@RojasyArenas




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