«Edificio Royal» o cuando se desmoronan algo más que 4 paredes

Película coproducida entre Colombia, Venezuela y Francia

Cuando dicen ese famoso refrán de «pueblo chiquito, infierno grande», se puede trasladar a los edificios, sobre todo los viejos. Los problemas están a flor de piel, o mejor dicho, al ritmo en que se desmorona una edificación por falta de mantenimiento.

Por ahí va la trama de la comedia de humor negro «Edificio Royal», una coproducción entre Colombia, Venezuela y Francia, realizada este año y que dura menos de noventa minutos.

Un domingo cualquiera en el Royal, un edificio que en los ochenta fuera símbolo de la elegancia y el prestigio, hoy está en plena decadencia, debido a un factor común en nuestros países latinoamericanos: la falta de mantenimiento.

La sinopsis nos habla de un muerto embalsamado en una sala de un apartamento; una foto de Tom Cruise en un portarretratos familiar: una plaga de cucarachas a punto de devorarlo todo; la visita inesperada de un inspector sanitario; el conserje tratando desesperadamente de mantener las apariencias para una administradora que lo ve todo a través de las cartas del Tarot…. pero que no quiere aceptar una realidad: hay que invertir para remodelar y evitar que la edificación se desmorone.

La idea de contar cada historia de los vecinos, enlazándose a través del lugar en común de todos los edificios: pasillos, escaleras y el ascensor, es interesante porque relata el problema que se vive en un apartamento, para volver en la siguiente escena al lugar donde confluyeron los personajes de los vecinos y contar otro relato que se suscitó al mismo tiempo

El director Iván Wild y también guionista (junto a Carlos Franco) Iogró un guión inteligente y sencillo sobre las cosas que le pasan al ser humano común y corriente, sin que existan súoer héroes que lo resuelvan todo. Son historias reales y simples que cobran fuerzan gracias a las bien logradas actuaciones de Jorge Perugorria, Katerine Vélez, Laura García, Fabio Restrepo, Jaime Barbini, Beatriz Camargo, Adel David Vásquez, Miguel Ángel Segrera y Carlos Herrera.

Quizás  el personaje del embalsamador puede resultar rebuscado… pero sus reflexiones sobre la vida y el más allá están acordes con lo que plantea el director: a todos nos llega la muerte… pero lo importante es intentar llevar una vida digna.

Crédito: Eduardo Chapellín

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