Isaías A. Márquez Díaz: Dolaricémonos

Isaías A. Márquez Díaz: Dolaricémonos

Como sabemos, la dolarización ocurre cuando se adopta una moneda foránea; usualmente, el US $, dejando al margen la moneda nacional existente o de curso legal. En el caso que nos ocupa, en virtud de que  el petro y  la criptomoneda constituyen falacias de una composición, tenemos razones suficientes y necesarias para  dolarizarnos, ya que ostentamos una economía inestable, que se traduce en recesión económica, así como una inestabilidad sociopolítica  con hiperinflación, tasas de interés elevadas, poder adquisitivo muy bajo, desocupación; controles de cambio y de precios, desconfianza en la política monetaria del gobierno actual, junto con todo el sistema financiero. Inversión local y extranjera inexistente. Caída abrupta y sostenida del Producto Interno Bruto (PIB).

En un país como Venezuela, que ofrece, hoy día, un manejo  errático  en el campo monetario, donde se experimenta, a diario, una  hiperinflación indetenible, surgen ideas fantasiosas, cuando la realidad es otra y la solución quizá más viable de lo que imaginan, ya que, de momento, podría adoptarse una dolarización informal, a manera de resguardo para atender aquellas operaciones económicas  primordiales, tales como: productos y servicios, arriendos, presupuestos, reparaciones, fondos de ahorro, entre otros. Generaría presiones sobre el tipo de cambio, incrementando la demanda en US$, y merma el poder adquisitivo de la moneda local, devaluada, íntegramente.

La dolarización formal u oficial consistiría en la sustitución oficial por parte del gobierno nacional de la moneda local por el US$. Y, todas las operaciones económicas del país se realizarían bajo el signo monetario estadounidense, como por ejemplo: precios y tarifas de bienes y servicios, alquileres y cuentas bancarias. O, establecer el dólar como moneda paritaria junto con el bolívar fuerte.

Entre las ventajas de esta política podríamos considerar: disposición de una moneda estable en el equilibrio de la economía;  deflación y  baja de los intereses; incrementaría la ocupación con el Mejoramiento de los salarios, tan risibles y absurdos en Venezuela; sobre todo, el mínimo.

Todo se complementaria mediante el incremento de la inversión extranjera, el libre movimiento de capitales y la disciplina fiscal.

Y, el BCV  dejaría de emitir billeticos vacíos, sin respaldo alguno.

Para los muy nacionalistas y/o patrioteros  es una política que no debe comportar traición a la patria o deslealtad al “comandante eterno”.

Los bancos del Estado están repletos de dólares.

Nada menos, Cuba, con todo y su revolución posee una economía dolarizada.