La OMS alerta sobre brotes de dengue de magnitud significativa en la Región de las Américas

brotes de dengue de magnitud significativa en la Región de las AméricasFOTO.PIXABAY

La OMS alerta sobre brotes de dengue de magnitud significativa en la Región de las Américas

Desde principios de 2023 se han registrado brotes de dengue de magnitud significativa en la Región de las Américas de la OMS, con cerca de tres millones de casos sospechosos y confirmados de dengue notificados en lo que va del año, superando los 2,8 millones de casos de dengue registrados para todo el año 2022. Del total de casos de dengue notificados hasta el 1 de julio de 2023 (2 997 097 casos), el 45 % fueron confirmados por laboratorio y el 0,13 % fueron clasificados como dengue grave . El mayor número de casos de dengue hasta la fecha en 2023 se encuentran en Brasil, Perú y Bolivia. Adicionalmente, se reportaron 1302 defunciones en la Región con una Tasa de Fatalidad (TFC) de 0,04%, en el mismo período.

Como parte de la implementación de la Estrategia de Gestión Integrada para la Prevención y el Control de Enfermedades Arbovirales (IMS-Arbovirus), la OMS está trabajando activamente con los Estados Miembros para fortalecer la capacidad de atención médica y vigilancia.

La OMS ha evaluado el riesgo de dengue como alto a nivel regional debido a la amplia distribución de Aedes spp. mosquitos (especialmente  Aedes aegypti ), el riesgo continuo de enfermedad grave y muerte, y la expansión fuera de las áreas históricas de transmisión, donde toda la población, incluidos los grupos de riesgo y los trabajadores de la salud, pueden no ser conscientes de las señales de advertencia.

La OMS no recomienda ninguna restricción de viaje y/o comercio para los países de las Américas que experimentan las epidemias actuales de dengue según la información disponible actualmente.

Descripción de la situación

El dengue es el arbovirus que causa el mayor número de casos en la Región de las Américas, con epidemias que ocurren cíclicamente cada 3 a 5 años. Durante el primer semestre de 2023 se registraron brotes de dengue de magnitud importante en América del Sur. Entre la semana epidemiológica (SE) 1 y la SE 26 de 2023 (semana que terminó el 01 de julio), se notificaron un total de 2 997 097 casos de dengue en la Región de las Américas, incluidas 1302 defunciones con una tasa de letalidad de 0,04 %, con una tasa de incidencia acumulada de 305 casos por 100 000 habitantes. Del total de casos de dengue hasta la SE 26 de 2023, 1 348 234 (45%) fueron confirmados por laboratorio y 3907 (0,13%) fueron clasificados como dengue grave. 1El mayor número de casos de dengue se observó en Brasil con 2 376 522 casos, seguido de Perú con 188 326 casos y Bolivia con 133 779 casos.

Las mayores tasas de incidencia acumulada se observaron en las siguientes subregiones: Cono Sur 2 con 862 casos por 100 000 habitantes, Subregión Andina 3 con 268 casos por 100 000 habitantes, e Istmo Centroamericano y México 4 con 59 casos por 100 000 habitantes.

El mayor número de casos de dengue grave se observó en los siguientes países: Brasil con 1249 casos, Perú con 701 casos, Colombia con 683 casos, Bolivia con 591 casos y México con 141 casos.

Los cuatro serotipos del virus del dengue (DENV1, DENV2, DENV3 y DENV4) están presentes en la Región de las Américas. En 2023, hasta la SE 26 (finalizando el 1 de julio), se ha detectado circulación simultánea de los cuatro serotipos en Brasil, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Honduras, México y Venezuela; mientras que en Argentina, Panamá, Perú y Puerto Rico circulan los serotipos DENV1, DENV2 y DENV3, y en Nicaragua los serotipos DENV1, DENV3 y DENV4.

En el 2022 se notificaron 2 811 433 casos de dengue en la Región de las Américas, el tercer año más alto registrado, solo superado por el 2016 y el 2019. En el 2019 se registró el mayor número histórico de casos de dengue, con más de 3,1 millones de casos para la Región de las Américas, incluidos 28 203 casos graves y 1 823 defunciones.

Entre el 12 de junio y el 1 de julio de 2023, algunos países del Cono Sur y la subregión Andina han venido mostrando una disminución en el número de casos debido a múltiples factores, entre ellos, la implementación de medidas de control y el cambio de temperatura y clima, principalmente en el Cono Sur. También hay retraso en la notificación de datos de algunos países de Centroamérica y el Caribe. Estos han dado como resultado una disminución de casos y la tendencia a la baja que se observa en la curva epidemiológica a continuación.

 

Resumen por países seleccionados

Aunque el dengue es endémico en la mayoría de los países de América del Sur, América Central y el Caribe, durante la temporada actual se ha observado un aumento de casos de dengue a niveles superiores al promedio de casos registrados en los últimos cinco años y más allá de las áreas históricas de transmisión. A continuación se presenta un resumen de la situación epidemiológica del dengue en los países más afectados 5  de la Región de las Américas reportada a la OPS/OMS.

Argentina 6

Según el Punto Focal Nacional del RSI de Argentina, hasta la SE 26 de 2023 (semana finalizada el 01 de julio), se notificaron 126 431 casos de dengue, de los cuales 118 089 fueron autóctonos, 1398 importados y 6944 en investigación. El 53% de los casos fueron confirmados por laboratorio y 304 (0,24%) fueron clasificados como dengue grave. Se reportaron un total de 65 muertes durante este período con un CFR de 0.05%. En comparación con el último brote epidemiológico de dengue registrado en el país en la temporada 2019/2020 (59 264 casos año 2020), se registra un aumento del 47% en el número de casos en el período 2022/2023 (126 431 casos año 2023).

Brasil

En el 2023 hasta la SE 26, de los 2 376 522 casos de dengue notificados, 1 051 773 (44,2 %) fueron confirmados por laboratorio y 1 249 (0,05 %) fueron clasificados como dengue grave. Los casos registrados hasta la SE 26 de 2023 muestran un incremento de 13% respecto a igual período de 2022 y de 73% respecto al promedio de los últimos cinco años. En el mismo período, se reportaron un total de 769 muertes con CFR de 0,03%.

Bolivia

En el 2023 hasta la SE 25, de los 133 779 casos de dengue notificados, 22 761 (17%) fueron confirmados por laboratorio y 591 (0,44%) fueron clasificados como dengue grave. Los casos registrados a la SE 25 de 2023 son 16 veces superiores a los notificados en igual período de 2022 y cinco veces superiores al promedio de los últimos cinco años. En el mismo período, se reportaron 77 muertes con CFR de 0,06%.

Colombia

En el 2023 hasta la SE 25, de los 50 818 casos de dengue notificados, 25 958 (51%) fueron confirmados por laboratorio y 683 (1,34%) fueron clasificados como dengue grave. Los casos registrados en la SE 25 de 2023 son 66% superiores a los notificados en el mismo período de 2022 y 47% superiores al promedio de los últimos cinco años. En el mismo período, se reportaron 29 muertes con CFR de 0,06%.

Costa Rica

En el 2023, hasta la SE 25, de los 2712 casos de dengue notificados, 254 (9,3%) fueron confirmados por laboratorio y no hubo casos de dengue grave. Los casos registrados hasta la SE 25 de 2023 son 16% superiores respecto a igual período de 2022, y 19% superiores respecto al promedio de los últimos cinco años. En el mismo período, no se reportaron muertes.

Guatemala

En el 2023, hasta la SE 24, de los 4529 casos de dengue notificados, 699 (15%) fueron confirmados por laboratorio y seis (0,13%) fueron clasificados como dengue grave. Los casos registrados hasta la SE 24 de 2023 son 80% superiores respecto a igual período de 2022, y 45% superiores respecto al promedio de los últimos cinco años. En el mismo período, se reportaron cinco muertes con CFR de 0,11%. 

México 7

Según el Punto Focal Nacional del RSI de México, hasta la SE 26 de 2023, de los 31 549 casos de dengue notificados, 4400 (14%) fueron confirmados por laboratorio y 141 (2%) fueron clasificados como dengue grave. Los casos registrados hasta la SE 26 de 2023 son 2,5 veces mayores respecto al mismo período de 2022 y 58% mayores respecto al promedio de los últimos cinco años. En el mismo período, se reportaron cinco muertes con CFR de 0,02%.

Nicaragua

En el 2023, hasta la SE 25, de los 56 780 casos sospechosos de dengue notificados, 1016 (1,8%) fueron confirmados por laboratorio y 10 (0,02%) fueron clasificados como dengue grave. Los casos registrados hasta la SE 25 de 2023 son 2,7 veces mayores respecto al mismo período de 2022 y 2,1 veces mayores respecto al promedio de los últimos cinco años. En el mismo período, se informó una muerte con CFR de 0,002%.

Panamá 8

En el 2023, hasta la SE 24, de los 3176 casos de dengue notificados, 2161 (68%) fueron confirmados por laboratorio y siete (0,22%) fueron clasificados como dengue grave. Los casos registrados hasta la SE 24 de 2023 son 54% superiores respecto al mismo período de 2022, y 63% superiores respecto al promedio de los últimos cinco años. En el mismo período, no se reportaron muertes.

Perú 9

En el 2023 hasta la SE 26, de los 188 326 casos de dengue notificados, 105 215 (55,9%) fueron confirmados por laboratorio y 701 (0,37%) fueron clasificados como dengue grave. Los casos registrados hasta la SE 26 de 2023 son 3,1 veces superiores a los notificados en igual período de 2022. En el mismo período se reportaron un total de 325 defunciones entre casos sospechosos y confirmados, con una tasa de letalidad de 0,17%.

Epidemiología de la enfermedad

El dengue es una infección viral que se transmite de los mosquitos a las personas. Es más común en climas tropicales y subtropicales. La mayoría de las personas que contraen dengue no tendrán síntomas. Pero para aquellos que sí lo hacen, los síntomas más comunes son fiebre alta, dolor de cabeza, dolor de cuerpo, náuseas y sarpullido. La mayoría de las personas mejorarán en 1 a 2 semanas, sin embargo, algunas personas desarrollan dengue grave que incluye shock o dificultad respiratoria debido a la fuga de plasma, hemorragia grave, deterioro de órganos y muerte.

En casos severos, el dengue puede ser fatal. El riesgo de dengue se puede evitar evitando las picaduras de mosquitos, especialmente durante el día. Actualmente no existe un tratamiento específico para el dengue, por lo tanto, el manejo de casos se enfoca en controlar los síntomas del dolor con Acetaminofén. Algunos de los casos graves son infecciones secundarias (personas que se infectan por segunda vez con otro serotipo).

La incidencia del dengue ha crecido dramáticamente en todo el mundo en las últimas décadas, con casos notificados a la OMS que aumentaron de 505 430 casos en 2000 a 5,2 millones en 2019 a nivel mundial. La gran mayoría de los casos son asintomáticos o leves y autocontrolados y, por lo tanto, el número real de casos de dengue no se notifica. Muchos casos también se diagnostican erróneamente como otras enfermedades febriles.

La enfermedad ahora es endémica en más de 100 países en las Regiones de la OMS de África, las Américas, el Mediterráneo Oriental, el Sudeste Asiático y el Pacífico Occidental. Las regiones de las Américas, el Sudeste Asiático y el Pacífico Occidental son las más afectadas, y Asia representa alrededor del 70 % de la carga mundial de morbilidad.

La mayor cantidad de casos de dengue jamás notificados a nivel mundial fue en 2019. Todas las regiones se vieron afectadas y la transmisión del dengue se registró en Afganistán por primera vez. La Región de las Américas notificó 3,1 millones de casos, con más de 25 000 clasificados como graves. Se notificó un gran número de casos en Bangladesh (101 000), Malasia (131 000), Filipinas (420 000) y Vietnam (320 000).

Respuesta de salud pública

Respuesta del Ministerio de Salud (MoH):

  • Reuniones periódicas con las autoridades sanitarias nacionales y subnacionales. Algunos países han implementado Operaciones del Centro de Emergencia (EOC) para una respuesta adecuada al brote.
  • Fortalecimiento de las actividades de vigilancia para la detección temprana de casos.
  • Fortalecimiento de las actividades de control de vectores en las zonas afectadas.
  • Fortalecimiento de la red de laboratorios.
  • Profesionales de la salud capacitados en la detección de señales de alerta de dengue grave.
  • Facilitó la sensibilización entre los trabajadores de la salud (compartiendo hojas informativas y herramientas de vigilancia) y entre la población local mediante mensajes de comunicación de riesgos. 
  • Algunos países cuentan con redes nacionales de expertos clínicos en enfermedades arbovirales bajo la dirección de los Ministerios de Salud de cada país, los cuales son los encargados de realizar la capacitación clínica a nivel local.

 

Respuesta de la OMS:

  • Como parte de la implementación de la Estrategia de Gestión Integrada para la Prevención y el Control de Enfermedades Arbovirales (IMS-Arbovirus), la OMS está trabajando activamente con los Estados Miembros para que puedan fortalecer la capacidad de atención y vigilancia.
  • La OMS ha estado apoyando a los Estados Miembros en la preparación y respuesta ante posibles brotes, incluida la organización de los servicios de salud.
  • La OMS está apoyando la implementación de una vigilancia y control de vectores integrados y efectivos por parte de los Estados Miembros mediante la publicación de directrices y el suministro de materiales de vigilancia epidemiológica y asistencia técnica a las autoridades nacionales.   
  • La OMS está apoyando el aumento de la capacidad de los laboratorios para permitir un diagnóstico oportuno y preciso y la detección de casos en toda la región.
  • La OMS está apoyando el desarrollo de capacidades de los trabajadores de la salud a través de recomendaciones de gestión de casos y capacitación en atención clínica.
  • Se están enviando expertos de la OMS a países que están experimentando brotes de gran magnitud. 
  • En 2020, la OMS inició una colaboración con el Organismo Andino de Salud-Convenio Hipólito Unanue (ORAS-CONHU) para fortalecer las capacidades técnicas nacionales para la prevención y control de enfermedades arbovirales en Bolivia, Colombia, Chile, Ecuador, Perú y Venezuela. Esta colaboración se enmarca en la Estrategia de Gestión Integrada para la Prevención y Control de Enfermedades Arbovirales, aprobada por la OMS.
  • Se han creado espacios virtuales de cooperación (VCS) como un esfuerzo de vigilancia colaborativa entre la OMS y los Estados Miembros que permiten la generación automatizada de diferentes análisis epidemiológicos, salas de situación y boletines epidemiológicos, fortaleciendo la vigilancia epidemiológica del dengue y otros arbovirus.
  • La OMS también brinda asesoramiento sobre evaluación de riesgos y comunicación de riesgos.

 

Evaluación de riesgos de la OMS

El dengue es una enfermedad viral transmitida por mosquitos (arbovirus) que tiene el potencial de causar un grave impacto en la salud pública. El virus que causa esta infección circula en la región de las Américas desde hace décadas 10  debido a la amplia distribución del  Aedes  spp. mosquitos (principalmente  Aedes aegypti ), con epidemias que ocurren cíclicamente cada 3 a 5 años. Anteriormente se han documentado varios brotes de dengue en la Región.

Este arbovirus puede ser portado por viajeros infectados (casos importados) y puede establecer nuevas áreas de transmisión local en presencia de vectores y población susceptible. Al ser arbovirus, todas las poblaciones que viven en áreas con presencia de  Aedes aegypti  están en riesgo, sin embargo, su impacto afecta en gran medida a las personas más vulnerables, en las que los programas de arbovirosis no cuentan con los recursos suficientes para responder a los brotes.

Las consecuencias del escenario actual de alta transmisión dependen de varios factores, incluyendo las capacidades actuales para una respuesta coordinada de salud pública y manejo clínico, el inicio temprano de la temporada de arbovirus en el hemisferio sur, las altas densidades de mosquitos y el posible impacto del cambio climático y el fenómeno de El Niño en el hemisferio sur, la falta de actividades de vigilancia y control de vectores durante la pandemia de COVID-19 y la alta proporción de la población susceptible a arbovirus en la región. El escenario actual de alta transmisión del dengue se da en el contexto de otros brotes y emergencias en curso. Los efectos sinérgicos de las emergencias concurrentes pueden dificultar la capacidad del sistema de salud para responder a una epidemia de enfermedades arbovirales y, por lo tanto, afectar el control de la enfermedad y el manejo clínico adecuado. incluidos, entre otros, (i) diagnósticos erróneos, dado que los síntomas del dengue pueden ser inespecíficos y parecerse a los de otras infecciones, como chikungunya, zika y sarampión, lo que podría conducir a un manejo inadecuado de los casos; (ii) centros de salud abrumados en algunas áreas dada la alta carga de casos, así como otros brotes simultáneos de otras enfermedades transmisibles; y (iii) los efectos de la pandemia de COVID-19 en la disminución de los recursos disponibles para los programas de enfermedades arbovirales y la necesidad de capacitación y capacitación de los trabajadores de control de vectores y de atención médica, así como el mantenimiento y la adquisición de equipos e insecticidas para realizar actividades de control de vectores. conducir potencialmente a una gestión de casos inadecuada; (ii) centros de salud abrumados en algunas áreas dada la alta carga de casos, así como otros brotes simultáneos de otras enfermedades transmisibles; y (iii) los efectos de la pandemia de COVID-19 en la disminución de los recursos disponibles para los programas de enfermedades arbovirales y la necesidad de capacitación y capacitación de los trabajadores de control de vectores y de atención médica, así como el mantenimiento y la adquisición de equipos e insecticidas para realizar actividades de control de vectores. conducir potencialmente a una gestión de casos inadecuada; (ii) centros de salud abrumados en algunas áreas dada la alta carga de casos, así como otros brotes simultáneos de otras enfermedades transmisibles; y (iii) los efectos de la pandemia de COVID-19 en la disminución de los recursos disponibles para los programas de enfermedades arbovirales y la necesidad de capacitación y capacitación de los trabajadores de control de vectores y de atención médica, así como el mantenimiento y la adquisición de equipos e insecticidas para realizar actividades de control de vectores. así como otros brotes concurrentes de otras enfermedades transmisibles; y (iii) los efectos de la pandemia de COVID-19 en la disminución de los recursos disponibles para los programas de enfermedades arbovirales y la necesidad de capacitación y capacitación de los trabajadores de control de vectores y de atención médica, así como el mantenimiento y la adquisición de equipos e insecticidas para realizar actividades de control de vectores. así como otros brotes concurrentes de otras enfermedades transmisibles; y (iii) los efectos de la pandemia de COVID-19 en la disminución de los recursos disponibles para los programas de enfermedades arbovirales y la necesidad de capacitación y capacitación de los trabajadores de control de vectores y de atención médica, así como el mantenimiento y la adquisición de equipos e insecticidas para realizar actividades de control de vectores.

El dengue es endémico en la mayoría de los países de América del Sur. Sin embargo, durante el período estacional en la primera mitad de 2023, donde se han detectado brotes de dengue, se ha producido un aumento en el número de casos a niveles superiores al promedio de casos registrados en los últimos cinco años y la expansión del dengue fuera de las áreas históricas de transmisión.

Aedes  spp. Los mosquitos están ampliamente distribuidos en la Región de las Américas, por lo que es probable que el dengue se propague internacionalmente. Adicionalmente, se espera que en el segundo semestre de 2023, algunos países de la Región, especialmente de Centroamérica y el Caribe, tengan un aumento de las precipitaciones, lo que, dependiendo de su magnitud e impacto en las zonas endémicas de dengue, podría aumentar la incidencia de la enfermedad y constituir una carga adicional de arbovirosis para los sistemas de salud de las zonas afectadas.

El riesgo a nivel regional se evalúa como alto debido a la amplia distribución del vector (especialmente  Aedes aegypti ), el riesgo continuo de enfermedad grave e incluso la muerte, y la expansión fuera de las áreas históricas de transmisión, donde toda la población, incluidos los grupos de riesgo y los trabajadores de la salud, pueden no ser conscientes de las señales de advertencia.

La información sobre el serotipo del virus del dengue circulante es limitada. Se espera que una gran proporción de la población en estas áreas no conozca el virus actual que circula, lo que puede provocar brotes. Además, es posible que las personas en estas áreas no estén al tanto de las señales de advertencia, y la población podría retrasar la búsqueda de atención médica.

En algunas áreas, hay una falta de instalaciones médicas con acceso geográfico limitado, lo que dificulta que las personas accedan a la atención médica básica. Especialmente en estas áreas, las personas tienden a automedicarse, y en los casos de dengue, el ibuprofeno, el ácido acetilsalicílico (aspirina) y otros medicamentos antiinflamatorios no esteroideos están contraindicados porque pueden agravar la gastritis o el sangrado y aumentar el riesgo de mortalidad.  

Otros desafíos informados por los Estados Miembros de la Región incluyen, entre otros, el desabastecimiento de varios suministros esenciales para la prevención y el control, la falta de reactivos y consumibles para el diagnóstico de laboratorio y la necesidad de volver a capacitar a los equipos de campo y trabajadores de la salud. Además, se esperan mayores tasas de transmisión en los siguientes meses debido a las condiciones climáticas favorables a la actividad del vector en la segunda mitad del año en Centroamérica y el hemisferio norte.

 

Consejo de la OMS

El dengue es causado por el virus del dengue (DENV), un virus ARN de la familia  Flaviviridae . Hay cuatro serotipos distintos pero estrechamente relacionados del virus (DENV-1, DENV-2, DENV-3 y DENV-4): la recuperación de la infección proporciona inmunidad de por vida contra ese serotipo. Aunque la mayoría de los casos de dengue son leves, la infección secuencial por más de un serotipo aumenta el riesgo de desarrollar dengue grave, que incluye shock o dificultad respiratoria por fuga de plasma, hemorragia grave, deterioro de órganos y muerte.

Los esfuerzos de prevención están muy centrados en la vigilancia y el control del  Aedes spp. mosquitos (el vector más competente de la región). Dado que la vigilancia y el control de vectores pueden ser difíciles de sostener, especialmente en áreas donde el DENV es endémico durante todo el año, la detección temprana de la progresión de la enfermedad grave y el acceso a la atención médica adecuada es clave para reducir las tasas de casos graves y, por lo tanto, las tasas de letalidad. Las comunidades deben mantener medidas de protección personal y reducción de fuentes tanto en los lugares de trabajo o estudio como en los hogares. No existe un tratamiento antiviral específico para chikungunya y dengue. El manejo clínico se basa en atención de apoyo, incluidos líquidos y antipiréticos; la recuperación puede proporcionar inmunidad (para ese serotipo específico en los casos de dengue). Como los síntomas de estos arbovirus pueden superponerse, el diagnóstico clínico-epidemiológico puede ser un desafío, y existe reactividad cruzada de los anticuerpos inmunoglobulina M y G (IgM e IgG) de los virus del dengue y Zika, lo que dificulta un diagnóstico certero, lo que puede conducir a un inadecuado manejo de los casos, comprometiendo una vigilancia epidemiológica eficiente. Motivo por el cual se recomienda el diagnóstico molecular con RT-PCR.

Es muy importante que los Estados Miembros de las Américas estén extremadamente atentos y preparados para intensificar las acciones de prevención, detección temprana, diagnóstico y control de los arbovirus, incluyendo la capacitación y alerta a los trabajadores de la salud sobre la detección de casos y posibles complicaciones de estas enfermedades, la identificación de grupos de riesgo de enfermedad grave, el manejo clínico adecuado y el seguimiento de los casos para prevenir futuras muertes. En la segunda mitad de 2023 se espera un aumento de casos de dengue. La vigilancia vectorial integrada y dirigida, el seguimiento de la resistencia a los insecticidas en el vector del dengue y las medidas de control son útiles para reducir las tasas de transmisión. Como precaución general, la OMS recomienda evitar las picaduras de mosquitos, incluido el uso de repelentes. El mayor riesgo de transmisión del dengue es durante el día y al anochecer.

La OMS reitera a todos los Estados Miembros la importancia de fortalecer: 1) su capacidad de laboratorio para reconocer y confirmar los casos a tiempo; 2) su capacidad asistencial para detectar y gestionar rápidamente los casos, y 3) su capacidad de vigilancia para detectar rápidamente tendencias en la incidencia e implementar medidas de control. Es relevante mantener un seguimiento cercano de la situación en la región con una coordinación transfronteriza activa e intercambio de información debido a la posibilidad de casos en países vecinos.

La OMS no recomienda ninguna restricción de viaje y/o comercio para los países de las Américas que experimentan las epidemias actuales de dengue según la información disponible actualmente.

Más información en https://www.who.int/emergencies/disease-outbreak-news/item/2023-DON475




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